Vamos a limpiar rincones...

Por fin he incumplido lo que dije en mi primera entrada respecto a no publicitar este diario.Inicialmente pretendía que fuera como un "diario íntimo de la Srta. Pepis" abierto encima de la mesa de un bar. Que quién se acercara a ojearlo lo hiciera de pasada, sin conocerme ni con ningún prejuicio, más por el morbo de asomarse a la ventana de un desconocido y echar un vistazo a su interior.Pero mi lado exhibicionista es mucho más fuerte de lo que yo mismo me creo. Al igual que en su momento publiqué una vivencia muy privada, de la cual he hablado aqui también, en un foro público -hum.lit- ahora he vuelto allí, tras semanas de no asomarme, para colgar un trozo de este diario y, logicamente, hacer mención de él.Espero que al igual que entonces, las opiniones sean amables y exentas de crueldad, lo que no quita que se critique lo que se quiera criticar.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Día de perros

27 de diciembre de 2007.

Hoy es festivo, San Esteban. Punto y seguido en la "orgía" navideña. Me levanto tarde, con el estómago revuelto y algo de tortículis. Perfecto porque hoy tenemos comida familiar en casa.
Después de desayunar, saco a los perros. En cuánto atravesamos el portal, comienzan a ladrar.

Miro y veo venir, al fondo, por la misma acera, a un señor con su "cuñao", dos o tres crios con los juguetes más escandalosos del barrio (¿O serán ellos que consiguen hacer de un triciclo un huracán de gritos y golpes?) y un enorme perro labrador negro que abulta los que los mios multiplicados por cinco.

Voy el descampado más cercano a casa y los mantengo sujetos y con la cadena corta. Veo al grupo que llega a una plaza cercana para que corra el perro y jueguen los niños. Bien.

Jugando jugando, el perro se acerca y los mios, que son unos "acojonaos" de cuidado se ponen a ladrar como locos y tengo que esforzarme en controlarlos. Suerte que he estado todo el rato atento, si no el susto que me da el perrito es de órdago.

Cuando subo a casa, Loli me comenta que lo ha visto desde la terraza y que "ese tio es un gilipollas". Me explica que a ella ya le ha dado algún susto y que pase quien pase, esté quien este, no sujeta al perro ni por equivocación."No, si no hace nada" y se queda tan pancho.

Y aquí comienza el motivo de ésta reflexión.

Pienso que hay mucha gente como ese señor, que va a la suya y le importa una mierda el resto. Me imagino que pensaría, como reaccionaria ese señor si se produjera una situación como la que se podría haber dado si por ejemplo, hubiera vuelto a bajar y le hubiera dicho, amablemente:

- hola, me gustaría comentarte un tema, ¿me permites un par de minutos de atención?

- Claro, dime.

- Mira, soy un vecino tuyo, vivo aquí (señalo hacia el bloque más cercano) y no se si me has visto antes, iba paseando unos perritos.

- Sí que te he visto, escandalosos pa'la mierda perros que son, ¿no?

- Ya, por eso los llevo siempre sujetos. Son pequeñitos y tienen miedo así que se ponen agresivos con los perros grandes.

- No, el mio no hace nada. Por eso lo llevo suelto. Pero es que hay tanto gilipollas que no lo entiende y te da la brasa que de verdad, a veces me gustaría azuzarlo y que se llevaran un buen susto.

- Sí, eso es una idea. De todas maneras, yo te quería comentar que si podías, por favor, si ves que alguien se asusta, aunque sea una tontería y no tengan motivo de ello, aún así, si podías sujetarlo. Sí ya se y tienes razón, pero le ahorrarías un mal trago a alguien con muy poco esfuerzo.

- Ya estamos. ¿Y si no me da la gana que pasa?

Sonrío mientras señalo el bulto que se marca en el interior de la chaqueta, en el sobaco izquierdo.

- Mira, te entiendo. Si ya te digo que tienes razón. Pero es que los sustos son muy malos. Imaginate que yo ahora saco la pipa que llevo aquí.

Con un gesto lleno de naturalidad, sereno pero firme, saco la pistola y, con la sonrisa congelada en la cara, la monto y se la apoyo en la frente.

- Tu sabes que es broma, que no te voy a matar. Sabes que no lo voy a hacer. Soy pacifico. Sólo estoy enseñandotela. ¿A que es guapa? y para que notes lo genial que es, va cargada, sin seguro y te apunto a la frente. ¿A que mola? ¿No notas la adrenalina como sube? ¿no será miedo? Ya sabes que no te voy a disparar, ¿verdad? ¿o no lo sabes? ¿dudas?
Me conoces de vista y sabes que soy pacífico. Si tengo unos mierdas de perros que no le durarían ni medio bocao al tuyo...

El hombre estaba petríficado, con finas gotitas de sudor brillandole en la frente. El perro, a sus pies, sentado mirando como "charlamos" moviendo relajadamente el rabo.

- Tu perro, como mi pistola, pueden matar a una persona. Tu sabes que tu perro no me va morder, pero yo no y me puede hacer pasar mucho miedo. Sobretodo si me lo azuzas, aunque sea en broma.
Yo también se que no voy a disparar, pero tu no y lo estas pasando mal. Sabes que no lo voy a hacer pero no estas seguro.
Tanto a tu perro como a mi se nos puede cruzar el cable por vaya usted a saber por qué y, cuando menos te lo esperas y sin venir a cuento, me muerde. O te disparo. Pum. El miedo se convierte en dolor.
¿Así que si te parece bien, tu sujetas al perro yo guardo la pipa y nos deseamos una feliz navidad jou jou jou puta?

Diego / Zoref
(En este relato no se ha maltratado ningún animalico. Aunque alguno se lo mereciera)

jueves, 22 de noviembre de 2007

¿Memeces? ¡Me meces!



Dolor. Angustia.

Dolor. AngusDesconcentración, Apatía.

Dolor. Angus tia. De ía. Decepción destructiva.


Dolor. Angust¿Definitiva? Malestar.

Teléfono. No me importa.
No es de mi incumbencia.
Sí me importa. Me afecta.
sombra de impertinencia.

Por mi boca fluyen sentimientos
sucios y oxidados, sin vida.
Bullen al salir, queman la garganta
se congelan en el aire y se quiebran.

¿Memeces.?
No pasa nada, dices y me meces.
Llega el otoño y vuelve el frío.
Nervios de niebla. ¿Por qué no sonrío?
Pasan, me paso. Sólo son meses.

No culpes, dices. No culpo. Callo.
El humo sube, blancas espirales.
anestesia mentes, vacía ideales.
No sonrío, no puedo. Callo y miro.

Veo televisión. Forma de no estar.
Música, ruido. Constante silencio.
Dormir. Dormitar. Forma de no ser.

Nudo en la garganta, ahogo continuo.
cálido y licuado fluyo transparente.
sin llegar a brotar, muero inundado.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Di lemas


-IMPORTANCIA DE LAS LENTEJAS PARA EL PUEBLO CHINO EN LA ÉPOCA MEDIEVAL Y SU RELACIÓN CON LA IGLESIA CATÓLICA-



Reflexionaba yo sobre la importancia de las lentejas para el pueblo chino en la época medieval, cosas que tiene el sopor de después de comer -estoy de vacaciones- cuando me descubrí meditando sobre la iglesia.

Soy, gracias a Dios y especialmente gracias a sus representantes en la tierra, profundamente anticlerical.

Mi opinión sobre el clero, sobre cualquier Vendedor - Representante de cualquier Secta/Campaña de marketing, -la católica en particular, que es en la que estoy educado- es similar a la que tienen ellos cuando les mientas la Bicha: tiendo a declararme ante ellos como satánico.

Absurda contradicción para un ateo recalcitrante como es mi caso, aunque no sean capaces de verlo mientras "mascullan jaculatorias y vaderetros" varios.

Pero centrémonos. Pensaba y reflexionaba sobre la iglesia en relación a una imagen vista en la T.V. (tengo excusa, nos hemos comprado una tele nueva y había que instalarla y sintonizarla y comprobar que ... ná, que sí, que estaba viendo la tele, sí). La imagen era de un señor sentado en un rincón de una iglesia inmensa, en silencio y semioscuridad, las manos entrelazadas, la cabeza postrada, los ojos mirando al frente, seguramente hacía el altar, la mirada claramente perdida en la inmensidad, creo yo, de sus pensamientos.

Aquel hombre no presentaba la clásica -y para mi odiosa- pinta del beato que va a misa de 10, comulga, confiesa, hecha unas monedas en el cepillo y desayuna unos churritos feliz de haber cumplido el expediente de cada domingo, o de cada día, compromiso obligado, el que dirán que pesa más que el que hago, que soy.

La imagen que me transmitió era más bien la de alguien que apesumbrado o simplemente preocupado por sus problemas, buscó un lugar tranquilo donde sentarse a reflexionar y resolver (o a plantear, que ya es mucho) vaya usted a saber que dilema ético.

No niego que la imagen estaba en mi cabeza y que el señor se adecuaba a ella y que en el fondo me sirvió a mi para conjurar mis propios fantasmas y que posiblemente, no tuviera absolutamente nada que ver con lo que yo veía.

Mi pensamiento, ayudado por el sopor de la siesta, entremezcló la imagen real con los fantasmas y me descubri reflexionando sobre los dilemas que llevan a una persona a necesitar desconectar del mundanal ruido, a quedarse solo, apagar el universo y mirar hacia dentro.

Tendría que ser alguna decisión ética que afectase a los cimientos de su vida, que chocase contra sus principios , aquellos que no tenemos a flor de piel, esos que aunque siempre están ahí, formando parte del poso de nuestro caracter, no acostumbran a salir a la superfície, a formularse con palabras, más que en contadas ocasiones.

La pérdida de un ser querido por ejemplo.

No hablo de cualquier persona, hablo de alguien muy cercano, pareja, hijos, padres, alguien que forme parte de tu vida y que perderlo significa que de repente una parte de tu persona -entendiendo persona como algo físico, psíquico e intelectual, cuerpo y alma, el yo + las circunstancias- una parte de tí, desaparece o cambia drásticamente.

Cada uno de nosotros afrontamos esas situaciones de maneras distintas, cada cual tiene sus herramientas, algunas más chapuzas, otras más sofisticadas.

Hay quien reflexiona frente a un altar y matiza todo lo que siente a través de los evangelios, del corán o del libro sagrado de turno.

La teoria de la sincronizidad de Jung también puede valer, igual que hay quién lo hace a través de bolas de cristal, horóscopos o tarots varios.


En mi caso la meditación suele venir dada a través de catalizadores líquidos. Sentarme frente al mar, profundizar en el ritmo de su respiración, olas y mareas, intentar sincronizarte con él (nada que ver con Jung, me temo) y dejar fluir pensamientos, sentimientos y principios hasta llegar a alguna conclusión, que puede ser, por que no, que no se que hacer ni como actuar (conclusión más habitual de lo que nos gustaría).

También es muy habitual sustituir la inmensidad del Mar con la inmensidad del Bar y utilizar como líquida bola de cristal el contenido de un vaso -los peliculeros dirán que de whisky, yo soy más de cerveza y porros. Si he de ser peliculero, un bourbon, gracias.-



- LOS TRIÁNGULOS NUNCA, BAJO NINGÚN CONCEPTO, SON EQUILÁTEROS-

Otro tipo de dilema que provoca que nos abstraigamos del entorno son los problemas de pareja, sobretodo cuando nos planteamos la posibilidad de romperla.

Me imagino -no lo he vivido y no lo sé- que debe ser realmente duro estar enamorado de tu pareja, estar bien con ella -con los problemas de la rutina, posiblemente, pero bien- y de repente, sin buscarlo, encontrarte con otra persona que te atraiga hasta tal extremo que sientas la necesidad de compartir con ella, o con él, cada vez más momentos y situaciones, hasta el extremo de que te llegues a plantear dejar a tu pareja para disfrutar de esos momentos.

Debe ser duro, díficil y éticamente inexcusable, serle leal y plantearle lo que está ocurriendo, que parcelas exclusivas de tu vida, en la que hasta ahora solo participaba tu pareja -amante, confidente, amigo/a #1, etc- y ver si estás dispuesto/a a permitir entrar o dejar que entren en esa parcela privada que solo compartes con la pareja.

El primer inconveniente que plantean los triángulos es que nunca, bajo ningún concepto -Sí amigos, en la E.G.B. nos minitieron como bellacos- son equiláteros.

Si así fuera, se podría sobrellevar. Pero no, para uno siempre es demasiada la parte de parcela que se cede, para otro siempre sabe a poco y siempre hay un vértice que atrae más, se generan tensiones, se inclina, hasta que alguno de los vértices no soporta la presión y el triángulo se rompe.

Unas veces los dos puntos iniciales intentan rehacer alguna figura geométrica nueva -nunca la inicial-, a veces el tercer punto arrastra y se lleva al otro -me temo que lo más habitual- y a veces, también habitual, creo, los tres puntos se quedan solos en el plano.

El problema planteado es mucho más fácil de resolver cuando la pareja inicial está mal, no tiene cimientos sólidos y arrastra mar de fondo, ese mar que no se mira, no se comenta, pero esta ahí y hace la navegación, ya díficil de por sí, terriblemente inestable.

En este caso me imagino que no se llega a generar el triángulo, simplemente se rompe la pareja y, o bien se funda una nueva, o bien se disfruta de la situación y ya veremos que pasa en el futuro.

El problema se complica cuando dentro de la pareja hay unos cimientos sólidos, -no hablo de hijos ni de "antiguedad", aunque tengan su peso- un nivel de comunicación alto, fluido, un nivel de complicidad y amor fuerte.

Aunque siempre hay en algún momento alguna grieta en todas las parejas, unas veces por que caemos en rutinas que a una parte ya le están bien, pero a la otra no le valen, otras veces por que si no estamos satisfechos con nosotros mismos, como vamos a estarlo con nuestra pareja...

El problema es que si aparece una persona interesante en una temporada en la que la grieta está abierta, o más abierta de lo habitual, es fácil que el interés, la atracción, se cuele por la grieta y acabemos necesitando satisfacerlo, conocer más -en todos los sentidos, incluido el bíblico, of'course- a esa otra persona que resulta tan interesante y atractiva.

¿Que hacer cuando descubres que estás en una situación similar a la que acabo de describir? Buen dilema sobre el que teorizar.

Tu mujer está colgada con otro tipo, tu lo sabes, sabes que te quiere, sabes que la quieres, pero también sabes que esta colgada con otro tipo y que tiene la necesidad de satisfacer esa atracción. ¿Que #&!! hace uno?

Supongo que irse a algún lugar tranquilo a reflexionar.

Si mandarlo todo a la mierda -esto no me lo hace a mi, no se lo consiento, que le den. Adios- .


Si luchas por reconducir la situación y cerrar la grieta, aunque tengas que empujar al cabrón que ya ha metido medio cuerpo dentro y amenaza con meter el resto.

Si intentas reconducir la situación, como decía la canción -una de dos, o me quedo con ella o nos apañamos entre los tres- e intentas sobrellevar el triángulo, con el poco futuro que tienen estas figuras geométricas tan, digamos, inestables.

Si te quedas sin hacer nada. Si me quiere volverá. JA!.

Supongo que en estas situaciones -aquí si que tengo experiencia y se empíricamente de que hablo- es cuando uno ha de irse a un marco incomparable -da lo mismo si es una iglesia, el rompeolas, lo alto de un cerro o el fondo de un vaso- a hablar con uno mismo y tomar una decisión.

Por que en realidad este tipo de problemas no son de pareja.

Son problemas personales que hay que resolver inmediatamente. Como quieres vivir tu vida y con quién, en que circunstancias y con que límites. Que estás dispuesto a admitir en tu vida y que no.

Malditos principios y maldita coherencia personal.

Cuando por fin crees que lo tienes claro, siéntate a hablarlo con tu pareja, lima asperezas. Cede, pero cuidado, sólo hasta cierto punto. Hay cosas, principios, innegociables.

Escucha su punto de vista -si no ha hecho reflexiones similares descubres lo caótica que puede ser la mente humana- opina, determina cuales son los límites más allá de los cuales no merece la pena seguir discutiendo, sigue discutiendo.

Otra cerveza, un porro que -aparentemente, ya lo se- te ayude a sintonizar tu caos con el de ella a ver si llegas a algún lado. Hasta que por fin llegas a un punto de acuerdo.

Depende de como haya ido la lucha -no deja de ser una lucha por mucho que lo llamemos de mil maneras distintas- puedes haber quedado tan tocado que solo te queden ganas de lamerte las heridas. O de que tas laman.

Durante un tiempo más o menos largo -directamente proporcional a lo profunda que haya sido la herida personal y la grieta en la pareja- estarás hecho polvo y con la luz de alarma encendida. Esforzandote por respetar y comprobando si se respetan los límites marcados.

¿Y que ocurre si realmente no se respetan esos límites?



-EL ESTADO DE LAS COSAS. CENTRALES NUCLEARES, SITACIONES FINANCIERAS, PANELES DE CONTROL Y LUCECITAS DE COLORES-


No puedes hacer nada. No puedes estar replanteándote tu vida constantemente (yo no, al menos), Si ajustas y reajustas los límites y vuelven a fallar, no hay solución. Excepto salirte de la partida, romper la baraja e irte, seguramente a buscar otra nueva.

Durante una experiencia de este tipo se encienden miles de lucecitas en el panel de control de tu mente, te sientes como un Hommer Simpson borracho mirando el panel de mando de la central nuclear. Un pollo picoteando al azar podría acertar antes que tú en el botón adecuado que estabiliza el núcleo, el que resuelve la emergencia y apaga las luces rojas.

Has conseguido resolver la emergencia, ¡enhorabuena! eres un pollo de pico ágil.

Pero no todas las luces se apagan de golpe. Siempre quedan indicadores que no se estabilizan inmediatamente-el refrigerante del núcleo no recupera su temperatura correcta por apretar un botón- y sobre todo, queda la necesidad fisiológica de continuar tocando botones y controlando el estado de las luces.

Por suerte llega un momento en el que dejas atrás la paranoia, y te paras a analizar como resolver ese estado acelerado e hiper-controlador en el que acaba uno cayendo. Una solución, entre tantas, es afrontarlo de una forma similar a como afrontamos nuestra situación financiera.

Se que esta comparación no resulta muy romántica, pero no estoy hablando de romanticismo sino de vivir la vida día a día, sin que duela y, a ser posible, disfrutándola. Casi ná.

Cuando disponemos de una situación financiera holgada, vamos, que estamos sobrados, que llegamos a final de mes, nos damos algún capricho y encima, me sobra y ¡ahorro!, en estas condiciones, es realmente fácil dejar de mirar el extracto bancario, tirar de tarjeta alegremente sin comprobar si de verdad lo necesito, si de verdad puedo. Te relajas y olvidas los indicadores, aunque te cobren interés por que has gastado más rápido de lo que repones.

Pero los indicadores están ahí y si hubieras estado observandolos constantemente habrías visto como el verde luminoso y feliz ha ido virando a un tormentoso amarillo y, cosas de la timidez, empieza a enrojecer.

Tengas la situación financiera que tengas, hay que mirar los indicadores.

Cuando vas de sobrado, es suficiente con ojear mensualmente los extractos del banco. Atento a las anomalías - ¿que coño es esta comisión? ¿están tontos o qué? mañana sin falta les llamo y que me la quiten- dedicandole un esfuerzo mínimo, de mantenimiento.

Cuando no llegas a final de mes y no sabes si lo conseguirás, no sólo hay que analizar el extracto con lupa, sino que hay que plantearse cada gasto y cada inversión después de un estudio profundo, sopesado y compartido.

Aquí se rompen muchas relaciones, lo de contigo pan y cebolla funciona mientras haya como mínimo para pasta de dientes, si no al final no aguantas ni el aliento de la pareja.

La única manera de no encontrarte en la situación de tener que escoger entre dentrífico o cebolla, de encontrarte con todas las luces rojas parpadeando como locas, es haber estado atento a cada ocasión en la que se ha encendido una, aunque sea amarilla.

Hay indicadores que son básicos y tan claros que no prestarles la mínima atención es peligrosisimo. ¿No deberíamos reajustar nuestros gastos si se han modificado a la baja los ingresos? ke t'has kedau en el paro, tio!!! No te puedes ir tres meses de vacaciones a CanCún, furro!!! ¿Qué no ves el indicador?


Si tienes la suerte (mala, por supuesto y además buscada) de encontrarte con todas las luces encendidas y además eres capaz de resolverlo (has actuado, has cambiado tu suerte), te encontrarás que resulta díficil dejar de apretar botones, decidirte a comprar dentrífico y cebolla -¡Coño que ahora va bien, puedes comprar hasta caviar y cava (no mucho, pero un día es un día)-.

Dejar de mirar extractos y analizar tiket a tiket todos los gastos es el nuevo reto.

Dejar de controlar 24 horas al día 7 días a la semana las luces, ahora tiene un rojizo más claro, allí veo una verde, aquella amarilla... ¿venía de rojo o ha virado desde el verde? Es una locura, no lo soportarás y te hundirás y arrastrarás a tu entorno contigo. Sí, pelín apokaliptico, ¿y qué?

Llega un momento en el que hay que hacer un reset en el panel.

Apago todas las luces y las voy enciendiendo poco a poco, una a una. ¿Queda alguna roja? A por ella. ¿Están todas ya verdes? Por fin. Respira hondo, relájate. Ommmmmmmmmmmm. Coge el panel, ponlo en algún lugar que no moleste (sin perderlo de vista, sin olvidar de echarle un vistazo de vez en cuando) y dedicate a vivir y a disfrutar la vida. Así de sencillo. Así de díficil. Así es la vida.



-QUE SI QUIERES ARROZ... -


Pero volviendo al tema inicial, me interesó reflexionar sobre que tipo de dilema debía tener el hombre aquél y que es lo que encontraba al "marco incomparable" en el que se encontraba. Posiblemente estaba descansando y refrescándose en una mañana calurosa -ser vendedor puerta a puerta es muy duro- y si pensaba en algo, era cómo continuaría su ruta, por dónde iría que hubiera más sombra, o en cuantas enciclopedias le faltaban por colocar para irse a tomar una cervecita o, por que no, sobre la importancia de las lentejas para el pueblo chino en la época medieval que, como todo el mundo sabe, era nula. El pueblo chino no descubrió las lentejas hasta después del XIIV y nunca tuvo suficiente importancia para sustituir al arroz. ¿Qué cosas, no?

Diego

jueves, 2 de agosto de 2007

Sueños contados

DREAM #1

Estaba desconcertada. Sabe que ha sido un accidente, que no quería hacerle ningún mal, que no ha sido su culpa y sin embargo, el viejo está muerto y ella se siente culpable.

Es un viejo decrépito, sin dientes, casi calvo, sólo algunos pelos como dibujados cruzándole el craneo. Es, bueno era, un viejo delgado, casi esperpéntico. La ropa vieja pero limpia, algo grande, dándole una imagen desgarbada. El viejo estaba muerto y era consciente que, aunque hubiera ocurrido por accidente, tenía que hacer algo.

La mujer sabía que estaba mal, que lo que tenía que hacer era avisar a alguien, pedir ayuda y que se siguiera "el conducto reglamentario"; ella no era culpable y lo sabía, seguro que se podría demostrar. Sería un problema, un disgusto, un mal rato, pero ya estaría. Alguien se haría cargo del asunto y ella podría descansar. A pesar de todo, mientras pensaba en ello, seguía preparando el cadaver para meterlo en el horno.

Que nadie le pregunte como era posible que hubiera conseguido meterlo en el horno, lo cierto es que había cabido. Eso sí, lo había tapado con papel de aluminio, no podía soportar verlo. Mientras se cocinaba, pensó en el olor, pensó en quién, en cómo se lo comería.

Aunque consiguió anular el olor, su cerebro no procesaba la información, se negaba a olerlo y tampoco conseguía resolver el problema de que hacer con el viejo una vez cocinado. La angustia le subía por el cuerpo, empezaba en lo más profundo de su vientre y subía en oleadas cada vez más frecuentes, hacía escala en su pecho, removiéndole las entrañas, le subía hasta la boca y le bloqueaba la mente, dejándosela en blanco. No, en blanco no, en negro. No pensar, anular el sentimiento de culpabilidad mientras el viejo se horneaba.








DREAM #2


La mujer subía en el ascensor.

Era el ascensor de un bloque de pisos, del extraradio, un bloque de vecinos.

La mujer subía sola.

El bloque era altísimo.

Tanto que parecía que nunca llegaría arriba.

Sabía que él estaba arriba, esperándola.

Lo veía, a pesar de estar encerrada en el ascensor que no acababa de llegar a su destino.

Cuando llegó por fin, dió una sacudida extraña y mientras la mujer y él se miraban a los ojos, el ascensor comenzó a descender a trompicones.

Lentamente, unos pocos centímetros cada vez, una mínima parada, un nuevo trompicón y otra minúscula caida al vacío.

La mirada, seguramente de complicidad, se convirtió de golpe, al notar que los trompicones les alejaban inexorablemente, en una mirada de pánico.

Él intento sujetar el ascensor, agarrándolo no sabe bien como.

Ella notó que el descenso se detenía, momentáneamente.

Él realizaba un gran esfuerzo, estaba al límite de sus fuerzas.

Ella le seguía mirando, fijamente, pero ahora los ojos de ella transmitían pánico y horror.

El ascensor inició bruscamente el descenso.

En un instante se estrelló abajo, contra el suelo.

Quedó completamente destrozado.

Una nube de polvo cubrió el hueco del ascensor.

Se elevó como en una chimenea y salió por la puerta abierta.

Habían caido, la mujer dentro del ascensor.

Él arriba.


* * *

Al día siguiente la mujer volvió al edificio y mientras miraba el extraño agujero que había quedado donde cayó el ascensor, no podía creer lo que le decía su acompañante. Él ya no estaba. Todo se había acabado en aquel ascensor, en aquella caída. La mujer sintió una pena tan enorme que la desbordó. No hubieron lágrimas, pero el llanto la desbordó.

* * *
La mujer despertó en la cama, angustiada.

Tenía una sensación de pena tan grande que no creía poder soportarla.

Necesitaba comprobar que él seguía a su lado, durmiendo tranquilamente, ajeno a la experiencia que ella acababa de vivir, de soñar.

Se giró en la cama y con la mano buscó su cuerpo.



lunes, 23 de julio de 2007

Otro fin de semana

Bueno, de vuelta al tajo. No tengo ganas de escribir pero me empujaré a ver que sale.





Héctor está con mis padres desde el miércoles y el domingo iremos a recogerlo. Mi madre nos ha comentado que cuando llegó descubrió que tenía piojos. No sabemos si ha sido en el Delta del Ebro, si en la calle el día que ha estado con nosotros o si ha sido en casa de mis padres. Ésta última opción es la más probable, hasta que no hablemos con la madre del compañero que estuvo con él en el Delta. Si su coleguita Joan también tiene, entonces los trae de Tarragona. Si no, son camperos, de la zona del Fai. Supongo que lo de menos es de donde vengan sino como resolverlo, por que el niño tiene unas greñas que ya me gustaría tenerlas yo. Y no nos apetece a ninguno cortarselas. Mi madre ha aplicado el sistema que le han dado en la farmacia, veremos que tal.





Comienza otro fin de semana. Sábado por la mañana. Nos levantamos a regañadientes y después de desayunar, nos vamos a Sant Andreu, por la zona donde está trabajando lola. Queremos hacer unas compras y ha visto unas tiendas interesantes. Vamos a un compraventa de coches, le ha comentado que tiene un "gerencia" que nos puede interesar. Lo vemos y nos damos cuenta que no es lo que buscamos, se queda corto. Aún así le preguntamos que nos da por el nuestro. Cualquier cifra entre tres y seis mil euros nos parecería bien. "Nada, como mucho el prever, que no llega a 600 lereles y eso que no os toca por que el coche que os quedáis no es nuevo. Puedo hacer un chanchullo, os doy el prever y cuando venda uno nuevo lo doy de baja y cobro yo el prever". Vamos, que realmente no nos da nada. Eso es morro. Cuando salimos se lo comento a lola. Buena pirata está hecha la vendedora. Nos coloca el cacharro y nos paga 600 por el nuestro. Le lava la cara y lo revende por 6000. Y si no le interesa, lo da de baja y cobra los 600 que nos ha dado. Y encima nos hace un favor. Mola. Yo de mayor quiero vender coches.





Ya que estamos paseando por el barrio, vamos a saludar a Rita, una carlina que tienen en una tienda de animales. No está a la venta, es de la propietaria. Resulta que Rita le toma el pelo y va probando todas las camas que tiene a la venta. Nos reimos un rato, jugamos con el bicho que resulta ser un encanto y continuamos ruta. Tienda de ropa de bebés. Nuestra amiga Marta a tenido un crio y queremos regalarle algo. Lola cuando hace su ruta ha visto esta tienda y le ha gustado, pero no puede parar a comprar y cuando acaba su jornada, la tienda está cerrada así que lo resolvemos en sábado. Nos enseña ropa y hay un momento en él que tengo la sensación de que mi opinión realmente importa. Se que no es más que una táctica de venta pero me encanta. La mujer parece simpática y cuando ya está todo decidido me dejan escojer a mi si prefiero los patucos tipo "john smith" azules o marrones. Azules, claro. Es como si me dijeran ¿que cojemos, el don Simon del 2007 o el rioja reserva?, valen igual .. así hasta yo acierto.


Esto último no es verdad, es solo la caricatura de una impresión, pero claro, prefiero versionar mis vivencias sin faltar a la verdad.





Cruzamos la calle y entramos en otra tienda. Aqui ya estaba todo decidido, lola se había informado previamente. Curioso, aquí si que había tenido tiempo. Es una tienda de Marihuana, venden semillas y toda la parafernalia del buen fumador. Ya tenía escogida una pipa a'maze'd y ni sobre el color opino. El vendedor nos explica su funcionamiento y sus bondades. Al final es un artilugio metálico, del tamaño de un puro pequeño, algo más grueso, que contiene una cazoleta donde meter el cogollo, un laberinto rebajado en el metal y una boquilla por la que aspirar. La ventaja es que fumas sólo maría, sin papel ni nada. El recorrido enfría el humo con lo que es como fumar en narguile -pipa de agua- y todo el alquitrán se queda en el laberinto. También vemos unas cajitas de lo más monas para llevar los cogollos, me pregunta cual me gusta y por lo visto aquí no acierto, por que lola señala directamente la que ella quería, diciendo "no esa no, mejor esta otra, que es más mona" o algo así. ¿para que preguntarán las mujeres cuando les acompañamos si luego siguen haciendo lo que tenían en mente, digas lo que digas?. Llega la hora de pagar y descubrimos que no llevamos suficiente efectivo. No admite visa, que contrariedad.

viernes, 20 de julio de 2007

Sueños...

Ayer leí una entrada en el blog de mi compañera,

www.lacarteralalola.blogspot.com

en el que había un poema que me gustó. Tanto que le he escrito un comentario, que transcribo a continuación.


"Siempre lo supiste"


[...] entrever los sueños,
suponer los sonidos.
Y de vuelta, alcanzar
las letras de todos
aquellos sueños
enganchados a las ruedas
de mi carrito. [...]

No te olvides de tus sueños ni de los que te queremos,
esos no están enganchados en ningún carrito
que al final se queda en un rincón de cualquier cartería.

Nuestros sueños pasan,
atravesándonos de parte a parte,
como los días, unos mejores, otros rutinarios,
alguno para olvidar y otros, pocos,
nunca suficientes, para recordar toda la vida.

Recordar que algunos sueños
están hechos de una tejido especial
que a veces es sutil y transparente,
luminoso como la luz del mar
y a veces tan denso y espeso que no dejan ver,
como la niebla del invierno más frío.

Sueños y tejidos, nunca iguales, siempre los mismos.

Tus sueños van de buzón en buzón y en ninguno se quedan,
pero en todos se quieren asomar.
Sólo que una vez un buzón malvado,
apretó los dientes de su oxídada boca
y te arrancó un jirón de sueño.

Tendrás que ir con cuidado,
por que si te quedas sin sueños,
jirón a jirón,
al final las siestas serán viajes
al vacio del vacio
y mis sueños,
que sueñan con soñar que les sueñas,
se perderán en ensoñaciones
vacias y tristes, se irán
y eso es algo que supimos siempre.

Tu conoces mis sueños, los ves reflejados
en un espejo hecho de sal,
de una sal especial,
extraida de las lágrimas que vertimos
y las que nos quedan por verter,
del sudor sufrido, del disfrutado,
del vivido a tu lado,
un espejo pulido con un arte secreto y mágico,
en el que a veces ves lo que soñé y a veces lo que soñaré.

Cuando sueño mis sueños viajan y buscan a los tuyos,
los visitan, los molestan, los halagan, los desean.
Cuando sueño te sueño y cuando despierto te busco,
pero tranquila, siempre te encuentro.

Besos de sal... como finas agujas.

Zoref,

lunes, 9 de julio de 2007

Sábado, en rutas por la rutina.

Toda la semana loco por que llegue el fin de semana y cuando te quieres dar cuenta ya es lunes por la mañana otra vez.

Sábado por la mañana, vamos de compras.

Por suerte lo que yo entiendo por ir a comprar, comida fresca, droguería, recarga de despensa, etc. ya está hecha entre semana. Es la ventaja que tiene vivir con una cartera, a las dos del mediodia ya ha acabado su jornada. ¿Qué hasta las cinco y media que se levanta de la siesta no es persona?, vale. Pero ha cogido la costumbre de parar en el super al volver del curro y eso "despeja" mucho el fin de semana.

La rutina del fin de semana, especialmente éste, que el niño esta de colonias en el delta del Ebro, es lenta, muy lenta. Nos levantamos tarde y con esfuerzo. El desayuno es una gozada: Café de cafetera (el soluble se queda para los días laborables), tostadas y zumo. Sentados en la terraza mirando al mar, detrás nuestro la vidriera de la habitación, abierta de par en par para ventilarse, con las sábanas arrugadas a los pies de la cama, cojines y la ropa de ayer tirada por el suelo, con algún perro -solet o kika- dormitando encima. Delante, la vista pasa de la piscina -nada serio, dos metros de diametro con dos palmos de agua, pero suficiente para acercarnos a la felicidad- a los tejados y alguna fachada de las casas que, siguiendo la pendiente hasta la costa, enmarcan el azul intenso del mar en los días soleados de verano. El Bcin, las torres mapfre, la sagrada familia, la montaña de montjuic, conforman los rasgos más destacados del sky line del que disfrutamos desde casa, mientras comentamos la jugada y decidimos qué hacer.

Tenemos curro de bricolaje en casa. Hay que colocar el escritorio del niño y la "bacaladera" en la terraza. Hoy sería un buen día para mirar lo del ventilador. Ya son las once de la mañana y el calor aprieta, el toldo resulta insuficiente, hay que moverse. La eterna duda, chapuzón en la piscina o ducha fria en el lavabo. ¿por que no las dos cosas?. Vestirse, ropa cómoda que hace calor, sandalias, tejanos y camiseta, hoy toca la de Ramones, esta limpia pero sin planchar. Total, que más dá.

Objetivo, comprar un ventilador de techo para la habitación. Sabemos dónde lo podemos conseguir y vamos directos a encargarlo. En el camino vemos un concesionario de la nissan. Desde que mi padre tuvo el accidente la semana pasada, siniestro total, habiamos decidido regalarle nuestro coche (ya tiene siete años) y comprarnos uno nosotros. De entre las distintas opciones que tenemos un compañero de trabajo me ha hablado del QasQhais (no se muy bien como se escribe) y paramos a mirarlo, ya que no hemos visto ninguno en la calle. Alucinamos. Se nos va un poco de precio, pero joder, lo tiene todo. Sólo tiene dos inconvenientes: la luna trasera muy pequeña (mi compañera necesita que sea amplia para conducir a gusto), detalle que el vendedor resuelve rápido, ¿has visto que grandes y amplios son los retrovisores exteriores? aunque no tuviera nada de luna trasera, se ve todo.

El otro inconveniente es el color. Ella lo quiere rojo. No se por qué, automáticamente me ha venido a la mente de que color sería cierto Córdoba al que llegue a odiar la navidad pasada. Se lo pregunté una vez y no hubo respuesta. Ella cree que sí, pero un "no se, ahora no me acuerdo" no es respuesta, al menos para mí. Se perfectamente que es una gilipollez, que le gusta el color rojo para un coche desde que tuvimos un ford fiesta allá por el pleistoceno superior, que no tiene nada que ver, pero, otra vez pongo un pero.

Un día maravilloso, al que estamos sacando el jugo, jugando a reirnos de la rutina y a no parar sin hacer nada y mi puñetera cabeza tiene que ponerse a elucubrar gilipolleces. No puedo evitarlo y se me tuerce el gesto. Ella lo nota pero prefiere no decir nada. Cuando por fin dice algo, es tan maravillosa que no puedo evitar sentirme más gilipollas y le explico, a regañadientes y sin detalles lo que me está pasando, que me han vuelto a la cabeza cosas que quiero desterrar y que no quiero hablarlo, solo sacudir la cabeza y expulsarlas. No cuela y no lo consigo. Traerá cola. Pero sigamos.

Llegamos por fin a la ferretería en cuestión. Cerrada. Un precioso cartel anuncia que cerrará todos los sábados hasta septiembre. Vale, pues aprovechamos para acercarnos a Can Basté y recogemos los folletos del "Circuit de Nit" -es el último trabajo de diseño que ha realizado y sirve para anunciar la programación de actos nocturnos de este verano de varios centros cívicos de 9barris.

Todo son actos lúdico-alternativos-culturales y la estética del folleto se cachondea de las agencias de viajes y de la imagen casposa de marina d'or- Le ha costado bastante por que no es fácil jugar con la caspa y no acabar pringoso, pero al final le cogió el tono y el resultado, ahora que lo tenemos en las manos, es bueno. Muy bueno. Aprovecha y queda con el diseñador para que le de una clase orientativa en relación a un programa informático que ella no domina y que resulta, por lo visto, imprescindible. Martes por la tarde, anotado.

Volvemos a casa y mientras ella se encarga del mantenimiento -recoger un poco y recalentar algo para comer- yo ataco de frente el escritorio del niño. Lo puse hace unas semanas, pero tiene una esquina que sobresale y puede hacer daño al niño cuando entra o sale de la cama así que lo alejo de la cama todo lo posible. Suena fácil pero no lo es. El escritorio en cuestión es un cacho aglomerado que no resiste dos instalaciones. Necesito cola de carpintero para restaurarlo, pero me apaño con loctite y no más clavos. Una vez restaurado -ahora entiendo por que estas cosas son tan baratas en el lidl- me enfrento a media docena de agujeros en un tabiquillo que da miedo por que parece que pudiera atravesarla si no voy con cuidado (no sería la primera vez ni será la última). Tras casi una hora de Brico-Zen (no te alteres diego, tu puedes, calma, planifica. Cuenta hasta tres y revisa todos los pasos, ommmm, continúa...) objetivo cumplido: El escritorio sigue pareciendo un escritorio, apenas si se notan los destrozos y está en el sitio correcto. Compruebo por última vez el nivel y sí, está bien.

La comida se convierte en un puro trámite para llegar con el estómago lleno y la cabeza abotargada a la siesta.

Agotado de dormitar más de una hora me despierto juguetón y empiezo a acariciarla y a darle un masajito tirando a relajante. Exactamente el que me apetecería recibir a mí. No está por la faena, tiene dolorido un brazo, los pies, la regla y que se yo. Se limita a ronronear, disfrutar de la situación y seguir dormitando. No quiero recriminarle nada ni forzar ninguna máquina, así que me voy a la piscina. Buf, que buena está el agua -tengo que limpiarla- , fresca de tanto calor. Al rato viene. Más de lo mismo durante un rato, sólo que ahora lo disfruto mejor.

Nos activamos, nos dará la noche perreando y hemos quedado con gente para salir. Me dedico a la bacaladera y ella continua recogiendo cosas, mientras espera a que la necesite. La bacaladera es una fregadera de mármol, de las que había en las cocinas el siglo pasado, una pieza entera rebajada para hacer el seno y taladrada en una esquina para desaguar. Pesa lo indecible, por lo que necesitamos ser dos los que la movamos. La tenemos desde hace cuatro o cinco años, apoyada en un rincón de la terraza, criando mierda y por fin le ha tocado su turno. No voy a contar las vicisitudes del buen instalador. No encuentro el metro, como tomo medidas... un trozo cuerda, o si no, vale el cable ese ya vale. Al final las escuadras que van a la pared han quedado muy separadas y he de rectificar una. La valla de la terraza es hormigón armado y siempre, indefectiblemente, toco varilla cuando taladro. Al final queda bien, sorprendentemente bien. Incluso le he dado una poca de pendiente para que desague correctamente. Lástima que, o bien el desagüe lo tiene en el lado equivocado o yo he hecho la pendiente del revés. Así se queda. De aqui a unos años ya lo rectificaré. O no, tampoco queda mal.

Llega la tarde y le propongo ir a un lugar que ella no conoce a pasear los perros. Vamos en coche, ya que el sitio está en lo alto de la montaña. Tras cinco minutos llegamos. Falta muy poco para la puesta del sol y se queda, literalmente, en estado de shock. Es un punto alto, una ermita, que hay en la carretera de la Vallensana. Para llegar hay que atravesar una urbanización que tiene un cartel muy divertido a la entrada: Prohibido edificar. Si miras hacia el interior, se ve todo el Vallès, una plana enorme y al fondo, Montserrat, sobresaliendo como lo que es, una montaña mágica. Si miras hacia el norte, intuyes hasta el Pirineo (igual no lo era, pero esa fué la sensación). Toda esta vista a pie de coche. Comenzamos a subir por un camino de montaña, acompañados por todos los perros de la urbanización que por lo visto han decidido saludar a los forasteros y tras cien metros de fuerte pendiente, llegamos a la explanada de la cima, donde está la ermita. Nos quedamos sorprendidos, está abierta y hay un señor con una azada haciendo cosas alrededor. También hay un par de iglús con seis o siete jovenes que parecen prepararse para pasar la noche de acampada, como si estuvieran en lo más profundo de la montaña y no a menos de dos kilometros del centro de la ciudad. Miramos hacia el mar. La vista impresiona. Nos quedamos sin palabras.

Volveremos, pero con niño y cámara de fotos. Esto es un regalo maravilloso, me dice . Subimos al coche con las pilas cargadas y bajamos a casa, cenamos un bocata rápido y nos vamos a Santa Coloma, que hemos quedado.

Mientras esperamos vuelve a salir el tema que me hizo torcer el gesto por la mañana. Mientras ella conducía mis pensamientos se fueron por libre y aterrizaron en terreno resbaladizo. Se me torció el gesto con mis pensamientos y cuando se cruzaron nuestras miradas, la mia debió de ser horrible, por que se sintió dolida y desconcertada. Lo hablamos y volvimos a hablarlo. Si no consigo pasar página y olvidar ella tampoco podra estar bien y acabaremos jodidos. Vamos a intentarlo, que vamos por buen camino. Tu procuras no dejarte caer y yo estaré ahí para que no caigas, ¿vale? Vale. ¿A que suena fácil?

La noche acabó tomando un cóctel en un bar que ya conociamos, solo que no sabiamos que era de un colega de mi hermano. Una velada tranquila y agradable, en una terraza fresca y tranquila ubicada en el último lugar donde esperarías encontrarla.

Vuelta para casa, sí estamos cansados, no, no se de qué pero nos apetece meternos en la cama y dormitar. Mañana más.

viernes, 6 de julio de 2007

Dedicado a Zoref

Ayer recibí el el foro de literatura un regalo inesperado y precioso, que engancho a continuación, así como mi respuesta.


de: MAR
a: es.humanidades.literatura
asunto: DEDICADO A ZOREF
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Háblame de las rojizas nubes de febrero,
de los tibios atardeceres junto al río.
Háblame, si es preciso,
de la lenta programación de tu trabajo,
del coste horario,
o del proceso que sufre el algodón
para que yo me vista de índigo recalcitrante.

Yo te diré que se ha vuelto a estropear la lavadora
que el pescado ha subido y los tomates
se han puesto por la nubes,
que se hace imposible planear ese viaje a Isla Mauricio.

Te diré, mientras acuno en silencio tu cansancio,
que deberías pasar un plumero por tus sueños,
que deberías quitar las telarañas de tu alma.

Y te diré, pasando el dorso de mi mano
por el imperceptible trazo del horizonte,
que el amor es quererte.
Después...
...te enseñaré a planchar melancolías.
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©MAR
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Tengo que pedirte disculpas públicamente, Zoref, porque fui dura contigo. Y desconfiada. No tengo tu e-mail pero no importa; yo te dije aquí cosas que me salieron del alma porque no entendía que tú, ¡"Un Hombre hecho y derecho"! pudiera vomitar como lo hiciste todo lo que sentías en aquel momento. Me pareció falso y lo dije. Por eso hoy públicamente, como entonces, te pido perdón y te doy las gracias por tu comentario tan amable. Un beso y ya sabés, sigue las instrucciones del poema, que valen para los dos.

MAR



De: Zoref
A: es.humanidades.literatura
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Hola MAR, primero de todo gracias. El poema es precioso y me ha llegado a las entretelas, nunca mejor dicho.

Me dices en el Blog que no hay para tanto y sí que lo hay. Me gusta como escribes, como coges las palabras y las conviertes en imagenes, en sentimientos, seguramente distintos para cada uno de nosotros, solo que en este caso, como está dedicado a mí, las buenas, las de verdad son las imágenes que yo veo, los sentimientos que se me remueven a mí. Por todo ello, gracias.
Me pides perdón públicamente y públicamente te digo que no. No hay nada que perdonar. Tu has sido sincera conmigo, has dicho lo que pensabas y no has hecho o dicho nada, absolutamente nada que me parezca mal. Lo que sí tienes, de todo corazón, desde mi corazoncito de hombre "hecho y derecho" mi respeto y agradecimiento.

Sobre lo de seguir las instrucciones, en ello estoy. Me temo que todavía ando dando manotazos al aire a ver si quito las telarañas del alma y a veces algún manotazo golpea como palo de ciego donde no debe, pero en ello estoy. Y ya tengo preparada la plancha calentándose, así no hay melancolía que se me resista.

Besos, ternura y agradecimiento,

Zoref.

miércoles, 4 de julio de 2007

Julio. Impuesto de Sociedades

Ya se han acabado las ferias y comienza la semana con la histeria de los impuestos de sociedades.
Me he pasado todo el lunes y parte del martes explicando a Gerencia el por qué de cada partida del IS y el resultado siempre es el mismo, ¿pero tanto a pagar?. Joder, si tienes un porrón de beneficios, disfrutalos y no te amargues por que hacienda se queda el 35 por ciento, que una vez deducidas todo lo que te permite la ley al final estás pagando ná y menos. Ya me gustaría a mi pagar tan poco por ganar tanto, que venimos de hacer la renta y los curritos además de pagar mucho más proporcionamente ganamos mucho menos (si ya sel, ellos arriesgan su capital, etc. etc. y yo acaba mi jornada y me voy a casa).

Siempre acabo diciéndole lo mismo, "ya me gustaría a mí pagar a hacienda millones. Seguro que con lo restante vivía mejor que con mi nómina". Y la respuesta acaba siendo, invariablemente, la misma "si, si, ya me gustaría oirte entonces. Al cielo clamarías por tamaña injusticia"... como tú KBRN, acabó pensando yo.

Pero dejemos los millones que no tenemos a un lado y volvamos a la cruda realidad. Esta tarde voy a un curso-conferencia en la que nuestros asesores nos van a explicar los cambios que se van a producir, con efectos 2008, en la normativa contable. Por la información que tengo, nos van a poner el cotarro patas arriba. Los contables vamos a ir más de culo que San Patrás y los asesores se van a hacer de oro. En fin, nada nuevo bajo el sol. O nos reciclamos y adaptamos a la nueva situación o nos quedaremos desfasados y sin curro.

Al menos tenemos becaria nueva y nos alegra la vista. Además hoy me ha dicho que huelo muy bien. Me la he quedado mirando con cara de ¿cachondeito tan de mañana o qué? pero he visto que no era irónica, así que le he dado las gracias y he seguido con lo mio, "saborio", habrá pensado y ya me va bien, no tengo interés en lios ni tonterías que nunca sabes a donde van a llevarte. Además, bastante tengo con mis problemas como para cargarme con más.

Mañana más.

lunes, 2 de julio de 2007

fira d'arts de carrer de Roketes 2007

Este fin de semana celebramos la tercera edición de la feria de artes de la calle de mi antiguo barrio, Roquetas, en Barcelona.

Como viene ocurriendo desde la primera edición, tanto mi pareja como yo participamos como parte del colectivo organizador -los roketeando-, ella haciendo el cartel y los flyers y yo la página web y de currito-montador. Este año me ha quedado del culo, supongo que hacer una página web sin tiempo, sin ganas y con la cabeza en otra parte ha tenido su importancia en la "calidad" del producto final.

El sarao empezó el sábado a las diez de la mañana. Montaje de barras, carpas, escenario para el cabaret circense, camerinos, todo bajo un sol de justicia y acompañado de mi hijo que, como cada año, participó en todo lo que le dejamos.

Después de comer -bokata rapido y cervecita- a correr que hay que preparar el pasacalles. Dejar listos los espacios callejeros donde realizar las actuaciones, montar la megafonía del "coche escoba" coordinar los cortes de calles, los artistas, cuadrar horarios... por suerte cada año somos más los que nos implicamos y el trabajo esta bastante repartido, si no sería insoportable.

Cuando por fin se inicia el pasacalles, ya llevamos media hora de retraso. La gente del barrio respondió la mar de bien, a pesar de la escandalera que organizamos, megafonía a toda leche, batukada a cargo de un grupo de percusión , un speaker vestido de sevillana megáfono en mano, un par de zanquistas (¿Se dice así?) animando el cotarro desde las alturas y un montón de bicis tuneadas la mar de divertidas.

Acabó el pasacalles sin apenas incidentes (hubo un malentendido con una actuación e hicieron su espectáculo una hora antes de que llegara el pasacalles) pero por lo demás todo fue como la seda.

Como siempre, llegada al Anfiteatro de Roketes donde ya estaba preparada la función de cabaret- circo a cargo, entre otros, de los alumnos de la escuela de circo Charlie Rivel, que está a cien metros del Anfiteatro, justo enfrente del Ateneu Popular.

Cena con espectáculo (deegeereedoos haciendo ruidos guturales, básicamente) y comienza la sesión de conciertos. Ya desde el año pasado lo montamos con dos escenarios, uno principal y otro secundario, de tal manera que mientras tocan en uno se va montando el equipo en el otro y así la fiesta tiene continuidad, sin parones corta-rollos. Además este año se montó una pantalla donde se emitían proyecciones de colectivos del barrio, se cedieron paredes para hacer graffitis, se montó un top-manta de artesanía variada... vamos, todo un festival.

Los grupos que formaron el cartel siguieron el criterio de la fira de dar salida a colectivos que no tienen cabida en los circuitos estandar. También, siendo como es la fira auto-financiada, son los únicos que acceden a cobrar lo que caiga, una vez vista la recaudación de la barra. Una cosa importante es que los organizadores no nos quedamos nada -tickets para cena, cubata y alguna cerveza- y que el balance se salda a cero repartiendo equitativamente la recaudación entre los artistas.

Hubo, como ya empieza a ser tradición, grupos de todos los colores y estilos que pupulan por el barrio. Rumberos, punkies, heavies, Hip-hoperos y Dj's, con lo que el público acaba siendo de lo más variopinto y peculiar.

Por mi parte, además de hacer cuatro fotos durante el pasacalles (ya pondré un link al log donde he empezado a colgar las fotos), me salté mi turno de barra (lo tenía a última hora y mi hijo cayó agotado al acabar el grupo Heavy. Como cada año me acabé saltando "la recogida final" momento fatídico donde siempre quedan los mismos cuatro gatos que, con razón, se acuerdan de todos los que hemos ido desapareciendo de escena a lo largo de la noche.

Eso sí, el colofón el domingo, todo el día perreando. Guau!

viernes, 29 de junio de 2007

Día accidentado

viernes, 29 de junio de 2007

Ayer jueves me enteré de que mi padre había tenido la tarde anterior un accidente de tráfico.


La historia comienza a las nueve de la mañana del viernes, mientras discutía con el director de una oficina bancaria sobre la conveniencia o no de hacer determinada operación. Justo en ese momento, me suena el móvil. Mi hermano pequeño, del que hablaré en un futuro próximo aquí, me comenta que ayer nuestro padre tuvo un golpe con el coche, nada grave, tranquilo, sí, siniestro total, se ha hecho algo de daño, pero no es grave, contusiones varias, está preocupado por el pecho, acuerdate que el año pasado se dió el golpe y estuvo jodido semanas, también el ojo, una fisura en la córnea, sí con las gafas, no por lo visto no le ha afectado a la lente intraocular de la operación de cataratas, además tiene hinchada la nariz y los ojos amoratados...



Mi padre tiene sesenta y siete años, lleva trabajando de albañil desde los catorce y todavía no se ha jubilado. Está viviendo en un pueblo a 40 km de Barcelona con lo que se traga diariamente cerca de 100 km de ciudad, autovía y carretera secundaria. Antes de ayer volvía de trabajar a las tres de la tarde, había plegado pronto y no se encontraba del todo bien. A pesar de que no acostumbra a almorzar, visto que su socio se retrasaba, se metió entre pecho y espalda un bokata (tamaño bar de paletas, 3/4 de barra de medio) y una cerveza. Por lo que me comentó, se pasó toda la mañana notando un peso en el estómago que le producía un contínuo malestar.



A la entrada del pueblo, ya casi llegando, sólo le faltaba atravesarlo y entrar en la urbanización que hay en las afueras, dice que notó como le volvía el peso en el estómago. Aunque no se atreve a relacionarlo con el accidente, el hecho es que segundos después, no sabe muy bien como ni por qué, entró en la siguiente curva con los ojos cerrados y sin girar el volante. Tuvo la suerte de que tanto él como el señor que venía enfrente iban lentos, por que se salió de su carril y se lo comió literalmente. Choque frontal. El señor, que se lesionó una muñeca y se dió el clásico latigazo en las cervicales, le comentó después que se había abierto la muñeca de tan fuerte como apretó el volante al intentar esquivarlo.



Mi padre, en estado de shock, con la ropa manchada de sangre, se dejó hacer. Empezó a parar gente, a salir móviles, sí. yo llamo a una ambulancia, ¿puede usted llamar a la policía local?, ya he llamado a los mossos, aquí llega la ambulancia.

Cargaron a los dos accidentados en la primera ambulancia que llegó y se los llevaron al hospital. El accidente fué a las tres de la tarde y a las nueve salían de allí. Se encontraba mi padre en el vestibulo del hospital, mirando fijamente un teléfono público en la pared (sin acordarse que llevaba el móvil en el bolsillo) cuando se le acercó una señora y le preguntó ¿Es usted el del accidente? Sí, soy yo. Mi marido es el otro, ¿no puede leer los números del teléfono? Sí, los números sí, lo que no se es como ni por donde meter los euros... ¿tiene usted quién le lleve? Pues mire, no. No se hable más, se viene con nosotros.


Dicho y hecho, se fué con la familia del otro accidentado y por el camino fueron comentando y, de aquí puede acabar saliendo una bonita amistad, por que tanto una parte como la otra se comportaron con educación, solidaridad y compañerismo.

Al día siguiente, conciabulo familiar para ver si conseguiamos que se replanteara la opción de jubilarse de una vez y comenzar a disfrutar la vida, especialmente por que es el tercer accidente de caracteristicas similares en los últimos cuatro o cinco años. Pero no hubo manera. En todo caso le insistimos encarecidamente que hay otros medios menos bruscos de iniciar amistades y sí, por fin, en esto sí que estuvo de acuerdo.

jueves, 28 de junio de 2007

¡Coño, que me leen!

Me siento raro, esto de hacer un ejercicio de "streaptease emocional" tenía su morbo en privado pero, joder, en público se hace más duro.

Hoy no tengo mucho que contar, ayer hablamos y volvimos a aclarar cosas que, más por darlas por supuesto que por otra cosa, no estaban del todo centradas.

Me hizo un comentario que me resolvió uno de los problemas principales, la continuidad de la relación. Basicamente, deja de mirar atrás y verás como las aguas vuelven a su cauce. Al final va a resultar que vivir en pareja es como montar en bicicleta: si miras atrás te la pegas; si miras al suelo también. Sólo cuando miras al horizonte, de frente, es cuando consigues dirigirla hacia donde te interesa sin pegartela. siempre que no te olvides de pedalear, claro.

Se que se me lee por que desde que comuniqué en e.r.h.l. que existía el blog y aclaré que no era interesante, ya he recibido comentarios variados. Si es que somos una panda de cotillas, comostá el patio, leñe ;-)

En esta entrada quiero contestar publicamente a los comentarios que he visto.

Sap, el poema - canción precioso pero hazme un favor, si alguna vez tienes alguien realmente depre cerca no uses esa táctica mamón X-))) En serio, ya te lo he dicho por e.mail, gracias por estar ahí.

Mar, gracias por los ánimos. De corazón. Pero que sepas que un poema tuyo tiene para mi un valor muy especial. Me encanta como escribes y como sabes transmitir emociones. Ya me gustaría a mi ser capaz de resumir mis farragosas parrafadas en un verso que lo diga todo o mejor aún, que lo insinúe.

Maripuri, Me alegro de que te haya gustado lo que has leído. La verdad es que nunca había escrito tanto y tan seguido. Como ya he explicado, escribo exclusivamente para mi, lo que no quita que me halague y me infle el ego saber que, después de leerlo, al menos no provoca repulsión.

Como ya le comenté a Sap en privado, la situación no está tan mal como pueda parecer leyéndome. El problema es que aquí acaban verbalizados los malos rollos, las comeduras de tarro, las frustraciones y la rabia. También hay cosas maravillosas, que no salen aquí y que hacen que la vida merezca la pena de ser vivida. Espero que con el tiempo consiga cambiar el tono y pasar del actual RE menor, tan fúnebre a SOL Séptima, tan dicharachero o incluso a un SIb, tan perverso como yo. Cuestión de ponerse a caminar (o siguiendo con el ejemplo de antes, subir a la bici y mirar al frente mientras doy una fuerte pedaleada) e ir haciendo camino.

Un saludo a todos,

miércoles, 27 de junio de 2007

Llueve, oración impersonal


Música: Llueve (It’s raining, 1949).
(Hernández/Beltrán/Soto/González/Grandío)

Llueve (oración impersonal).
Amanece (otra oración impersonal).
Amanece en tu corazón
pero amenaza vendaval.

Truena (una oración impersonal más).

Tu corazón y el mío
se desgarran al chocar.

Llueve, llueve, llueve, llueve,
llueve (oración impersonal).
Llueve en mi corazón
y nunca va a parar.



Llueve. Hoy me siento a escribir sin ganas, obligándome. Me he auto impuesto la obligación de hacer una entrada diaria, aunque sea la chorrada de turno, pero hoy se me hace cuesta arriba.

Ayer me peleé con mi pareja. Hoy me siento molesto conmigo mismo, por haber sido un capullo.
Pero también me siento dolido y triste, muy triste.

Triste por que no me sirve que me quiera, necesito un poco más y parece que no consigo que me lo de. Triste por que cualquier discusión, a la que sube un poco de tono, acaba planteando la separación.

No se si por su parte es un arma arrojadiza más o realmente se lo plantea como solución, pero lo que sí se es que no lo soporto, llevo luchando por borrar de mi mente esa opción desde hace meses y no puedo, tiene suficiente peso especifico para que esté ahí presente, a veces como una amenaza, a veces como una liberación.

Últimamente me dice que soy maravilloso, incluso muy a menudo.

Lo que necesito que entienda es que no puedo serlo siempre. Si soy maravilloso es porque lucho por nuestra relación constantemente, pero llega el momento en que resulta agotador y en cuanto bajo la guardia o la cago, como anoche, resulta que la primera solución que sale a la palestra es la separación y me hundo.

Resulta agotador tanto física como intelectualmente.

Físicamente por que me levanto a las 6:30 de la mañana, me voy a trabajar -ahora estoy en un momento crítico y he de recuperar retraso acumulado- estoy un mínimo de doce horas fuera y vuelvo agotado. Se hace duro ser maravilloso y ponerse a hacer la cena, a planchar camisas, a atender al niño y mantener el buen humor.

Cuando consigo volver a casa a las siete de la tarde sí que puedo, pero ahora estoy llegando a las ocho y a las ocho y media.

Cuando consigo sentarme y decir, ya está, paro, son las diez de la noche. Y mañana igual. Ella me recrimina que también trabaja, incluso se levanta una hora antes que yo. Lo que no se plantea siquiera es que en vez de trabajar doce horas trabaja siete, ocho con los desplazamientos. Ni que sestea diariamente durante hora y media.

Intelectualmente también es duro. Venimos de una situación en la que yo he quedado tocado, muy tocado y necesito que esté un poquito por mí. Pero no, desde que ha descubierto que está encantada con ser el ombligo del mundo, no esta por la faena. No lo ha estado nunca, siempre he sido yo el que ha ido detrás. Como mucho ella me demuestra que está disponible, pero no actua. Yo necesito que actue, que tome una actitud activa y me demuestre que sí, que está aqui conmigo y que es lo que quiere. Y no se como conseguirlo. Y cuando lo consigue la cago yo y me pongo borde.

Anoche, después de explotar, cuando ella quería hablar y yo no podía, me fuí a dar una vuelta, a escampar la boira, que decimos por aquí. Mientras conducía -Conrería en dirección Mollet, desvio hacia Tiana, nuevo desvio hacia Mongat, vuelta a Badalona.- tuve tiempo de pensar. Llegué a la conclusión -no hacen falta alforjas para este viaje- de que soy un capullo integral.

Me planteé el problema haciendo el esfuerzo de mirarlo como lo que es, MI problema. Y me dí cuenta de que había estallado por una tontería, por nada, para ser exactos.

Terminé de trabajar tarde y mientras volvía a casa, de mal humor con el día que había llevado, me puse a pensar en lo que quería encontrarme cuando llegase a casa y en lo que preveía que me iba a encontrar. Pensando, pensando me fuí poniendo cada vez de más mal humor, hasta que llegue a casa y ví que, efectivamente, ocurría exactamente lo que había previsto, no lo que yo quería que ocurriera.

Seguí pensando en el coche y me di cuenta de que el problema, MI PROBLEMA, es que hay cosas de ella que no me gustan. Posiblemente han estado ahí toda la vida, posiblemente no le había dado más importancia hasta ahora, pero ahora tengo mi capacidad de aguante y positivación bajo mínimos, como un pantano que después de diez años de sequia descubre que se le han agrietado las compuertas y se le escapa la poca agua que le queda.

Entendido el problema, me puse a buscar soluciones.

La solución que más me gustaría, hacerle entender que es lo que no me gusta y pretender que cambie, es imposible; le puedo pedir lo más razonable y razonado que quiera, lo considera automáticamente una agresión a su visión mundo-umbilical y responde con rechazo y borderio.

La que menos me gusta, plantarme -por aquí no paso-, mandarlo todo a la mierda y dejarla, tampoco. Por que lo que no me gusta de ella no es tan grave como para separarme. Hoy por hoy no. Con lo que solo me queda el camino de en medio.

Si estallé anoche fue por que me he ido callando cosas que no me han gustado y en vez de hablarlas se han quedado dentro, han ido haciendo poso en un vaso que últimamente amenaza con desbordar cada dos por tres.

Anoche desbordé por una tontería, sin que ella conociera el motivo ni le diera opción a conocerlo y fuí cruel con ella, la lastimé con mi forma de comportarme. Luego lo intenté arreglar y fue ella la que me hizo daño.

Tengo que intentar, que seguir intentando, no guardarme las cosas dentro, soltarlas con cuidado para evitar que se sienta agredida pero soltarlas y seguir luchando por conseguir un poquito de la estabilidad emocional que hoy por hoy hecho en falta.

Si además me echara una mano ella, ya sería la hostia. Pero no puedo contar con ello, si acaso intentar preveer los estallidos para resolverlos antes de llegar al límite y si no lo consigo, volver a decidir si la opción que hoy por hoy no me gusta nada, la que me parece una amenaza, no se haya vuelto una liberación finalmente.

lunes, 25 de junio de 2007

Lunes después de sant joan

Gran fin de semana. Jodido lunes.

Al menos hoy no hay crónica de la ronda, por que no hay nada que comentar. Supongo que entre la verbena y que ya están los crios de vacaciones hasta el tráfico va fluído.


San Juan.

Este año ha sido raro. Agradable, pero raro. Quedamos en casa de unos amigos que, a falta de terraza, tiene un patio enorme.

Cada cual preparó algo y entre todos lo montamos. Música de fondo, comida y bebida a raudales. Buena conversación con gente interesante. Aunque en algún momento pareciamos el patio de un geriatrico nos lo pasamos la mar de bien.

El fin de semana empezó el viernes, de cena con los colegas del basket (ya comentado en otra entrada). Eso implicó que el sábado ya ibamos con los horarios trastocados, comimos tardísimo y se nos echó encima la hora de irnos sin haber tenido tiempo de casi nada, por que no perdonamos la siesta.

Preparamos lo que teniamos que llevar, patatas "corominas", made in badalona, y una salsa que enseño a mi compañera una amiga peruana y salimos corriendo a recoger a un amigo del niño, del basket, y a su madre, que se vinieron con nosotros.

Paramos a comprar hielo en la gasolinera y por fin, llegamos al sitio, que está en Horta, un barrio precioso de Barcelona.


Me dediqué a charlar con un amigo encantador, Jorge, casi toda la noche. Nos vemos sólo de evento en evento, fiesta de fin de año, de san juan, alguna calçotada y siempre es agradable compartir el rato con él. Cuando me quiero dar cuenta se ha pasado la noche.

Gracias a él y a una amiga me enteré -...no se si estoy metiendo la pata, no debiera contarlo, pero...- de que tenemos una amiga común que, cansada de buscar el hombre ideal ha decidio inseminarse por su cuenta y riesgo, sin pareja.

Comentamos lo díficil que tiene que ser tomar una decisión del género, ya que ambos sabemos que esta amiga es una persona responsable. Al final llegamos a una conclusión la mar de exclamativa: ¡Ole sus güevos! y ojala que le salga lo mejor posible.


También he de agradecer que haya sido el primer san juan desde hace años que me he podido escaquear completamente del tema "petardos". Aunque cuando era niño le veía la gracia, no acabo de entender como podemos disfrutar quemando "cienes y cienes" de euros en cuatro explosiones ruidosas y coloridas.


En fin, que yo no lo disfrute no significa que los demás no deban hacerlo y gracias a que siempre hay algún papá dispuesto a fundirse los petardos de su hijo y si hace falta los del mio, yo me libré de pasar el mal rato que significa salir a las tantas de la noche a la calle, mecha en mano a controlar que los niños no se hagan daño ni se lo hagan a nadie.



Por último comentar algo que me pasó y que creí que sólo yo me había dado cuenta. Mientras charlaba y comía y bebía, se me iban los ojos detrás de mi pareja. Debió de notarseme la cara de enamorado, por que a la mañana siguiente me lo comentó, contenta y radiante.

Pasando página.

Leí hace mucho tiempo en un libro, no recuerdo si Samarcanda o León elAfricano, que hay dos años en la vida de toda persona en los que estamos más cerca de la muerte. Uno es el de nuestro nacimiento. El otro, como todos intuimos, es el de nuestro fallecimiento.

Durante el primer año de nuestra vida, recien salidos de la nada, de la no-vida en la que reina la muerte, nuestros padres o quien esté encargado de nuestro cuidado, saben que está siempre rondando cerca.

El nuevo ser es débil e indefenso y necesita que luchen incansablemente por él, al menos durante ese periodo inicial de aprendizaje y asentamiento. Una vez superado, cuando ya empieza a caminar solo, la tensión se relaja, nunca del todo, pero ya se ha superado el primer momento crítico.

La diferencia con el segundo año "especial", el del fallecimiento, es radical. Nunca sabemos que ese año es el año hasta que es demasiado tarde.

Creemos que estamos en nuestro mejor momento, con experiencia, sabiendo cuidar de nosotros mismos, incluso somos responsables de otros. Sabemos que en cualquier momento nos puede rondar la muerte, pero nos sentimos fuertes y seguros de nosotros mismos.

De repente en un momento de lucidez, nunca por esperado bien recibido, descubrimos el anuncio, anticipándose, unas veces meses, otras días o minutos, y tras él, el Final.

Si el anuncio se anticipa lo suficiente, puedes intentar dejar en orden tus asuntos. Si no, sólo puedes encomendarte a algún dios o directamente al diablo. Tengamos el tiempo que tengamos, después de estar un rato bloqueados por el estupor, intentamos conseguir tiempo para hacer o acabar de hacer las cosas importantes que tenemos pendientes.

Aquí el matiz es importante, primero conseguir tiempo y después actuar. Conseguir tiempo cuando se nos ha anunciado que ya no queda, que el final es inminente. Me imagino que lo habitual es que entre el estupor y la pataleta -no es justo, por que a mí- perdemos el poco tiempo que nos queda y no hacemos lo que debemos. El final siempre acaba llegando demasiado pronto.

A menos que sirva para renacer.

Esta historía me ha venido a la mente por que he vivido y creo que ya he metabolizado una situación en la que hay claros paralelismos entre lo que cuenta el libro -León el Africano, seguro, Amine Maalouf- y la vivencia en la que estoy inmerso.

He vivido el último año y el primero de la vida, el final y el inicio de una relación, en lo que tarda en pasar un invierno. He tenido la desgracia de ver la muerte de la relación dentro de la que he vivido los últimos veinte años, y la suerte, espero, de reiniciarla acto seguido con la misma persona. Me releo y me parece que suena a rizar el rizo, al más díficil todavía.

Sentí el anuncio del Final, de la muerte apenas un par de meses antes de que ocurriera. Primero fueron pequeñas señales, luces de alerta a las que no hice caso, o que simplemente esperaba ver apagarse como siempre había ocurrido. Luego llego un día en el que no pude cerrar más los ojos ante la evidencia, lo que tenía delante llevaba irremediablemente hacia la muerte.

Aquella experiencia la narré en un relato, que publique en inet a medida que iba ocurriendo. Se generó un hilo larguísimo, lleno de vueltas y re:vueltas. Fue una situación extraña, gente de la que solo conocía el nick dándo su opinión, a veces más acertada y otras no tanto, pero en todo caso o apoyándome o intentando ayudarme.

Pero la situación seguía su curso y llevaba irremediablemente a la muerte de aquella relación. A a medida que pasaron los días llegó el engaño, la decepción y lo que certificó definitivamente la defunción, la completa pérdida de confianza en la persona amada.


No voy a explicar como conseguimos pasar de una situación de muerte certificada al renacer de una nueva relación, con las mismas personas, aparentemente, por que ya no eramos los mismos y nos veíamos con otros ojos, dispuestos a asumir nuevos compromisos, adecuados a las nuevas personas y que sustituyeran a los que se habían roto en la relación previa. No lo voy a explicar por que no se como lo conseguimos, pero llegamos.

Tuvo mucho que ver que a pesar de haber roto irremediablemente, tuvimos que seguir compartiendo nuestras vidas, al menos mientras resolviamos la separación. Tambien tuvo que ver que a pesar de todo seguíamos amándonos. Que ambos teníamos la sinceridad y la comunicación como valor prioritario y a fuerza de hablarlo todo -ya no teníamos mucho que perder- fuimos capaces de ver lo que nos había llevado al punto de no retorno, a asumir nuestra parte de culpa y de entender al otro sin culparlo.

Ahora estoy en el primer año de nuestra nueva vida en común y recordar aquella historia de León el Africano me sirve para no olvidar lo cerca que está la muerte y lo mucho que hay que luchar para conseguir que una relación sobreviva y no solo el primer año.

Ya es momento de hacer caso a quien me recrimina que no consigo dejar de mirar atrás.
Ya es momento, este es el momento, de pasar definitivamente página. De dejar que el futuro se convierta en presente a cada instante, de dejar de mirar atrás y de comenzar, de recomenzar a disfrutar de la vida. De renacer.

sábado, 23 de junio de 2007

Viernes noche. ¿Fiesta?

Son las diez de la mañana y me acabo de levantar. Anoche después de acabar la jornada de trabajo había quedado para jugar un partido de basket con el resto de padres del club de basket de mi hijo. Cada año lo hacemos. Nos vemos todos los sábados, mientras juegan los niños y cuando acaba la liga, quedamos para hacer un partidillo y cenar juntos. Al partido, por suerte, llegue tarde (lo siento, me he liado en el trabajo, etc. etc.) A la cena llegue bien.

Nos tomamos unas cervezas en el bar del polideportivo y nos quedamos a cenar allí. Fue todo muy divertido, un montón de niños jugando en un enorme campo de futbol, de vez en cuando algún petardo que estallaba demasiado cerca, muchas risas provocadas por comentarios divertidos. De repente me di cuenta y lo dije, -ya estamos otra vez, las mujeres todas por su lado en una mesa y los tios por otro.

Durante los cafes ocurrió una cosa extraña, mi compañera es siempre el centro de atención y le encanta, pero ayer debía tener las feromomas disparadas por que lo era más de lo habitual incluso. Mientras el camarero nos servía los cafes me dí cuenta de que el mamón le estaba tirando la caña.

Yo no le veía la cara a ella, pero estaba claro que el tio iba directo, hasta que la oi decir -gracias, pero ya voy bien servida- o algo así. El resto del grupo empezó a hacer comentarios que hizo que el notas se diera cuenta de que yo existía, con lo que acabó viniendo a mi e intentando quitarle hierro a su metedura de pata bromeando conmigo y al rato, me pidió disculpas por si se había pasado. Le dije que no pasaba nada, la conozco como para saber que realmente no pasaba nada y le ayude a sentirse más cómodo aceptando sus disculpas.

Pero ya se me empezó a cruzar el cable. Tengo muy reciente la decepción de navidad. Además cometí un error de intendencia grave, no llevé chaqueta. Estabamos al aire libre y cuando nos tomamos los chupitos, ya hacía fresco. Intenté aguantar un rato, pero cuando ya llevaba más de media hora en la que sólo se contaban chistes y estos eran cada vez más desagradables, racistas, machistas, etc. me quedé mirando a la mesa de las mujeres con ganas de irme hacia ellas. El año anterior ocurrió algo parecido e intenté ir, pero me echaron diciendo que estaban hablando de sus cosas y que me volviera con los tios. No me gustó y me dije que no me lo volverían a decir, así que anoche ni me acerqué.

Al cabo del rato me dió tiritera y decidí levantarme, fui al lavabo, fui a ver que hacían los niños y al final se me acabó de cruzar el cable y me fuí a casa. El problema es que lo hice sin hacer ningún comentario, ni a mi compañera ni a los amigos ni a nadie , me puse a caminar, me dije a mi mismo como excusa que iba a por algo de abrigo, pero sabía que no iba a volver. No es la primera vez que me ocurre, ya lo habré echo media docena de veces, solo que hacía mucho tiempo que no me pasaba. De repente me digo ¿que pinto yo aqui? y desaparezco sin abrir la boca.

Me despejé bastante con el paseo (habrán diez minutos caminando desde donde estabamos hasta casa) pero en cuanto llegué, me metí en la cama y me tapé completamente hasta que se me quitara la tiritera que me había hecho irme. No había pasado ni una hora cuando sono el móvil -¿joder Diego, donde estás? estamos todos buscándote y nadie sabe nada. - Estoy en casa, no pasa nada. Y colgué.

Esta mañana mi compañera se ha comportado muy bien, casi como yo quería. Me ha pedido explicaciones pero no ha insistido demasiado. Hoy será la verbena de San Juan y nos iremos a casa de unos amigos a pasarla. Espero que no se me vuelvan a cruzar los cables por que necesito disfrutar en vez de angustiarme. Supongo que teniendolos pelados y al aire libre es díficil que no se me crucen.

Quizás lo mejor de la noche, cruzada de cables aparte, es que somos un grupo de amigos muy variado, que nos importa y nos preocupamos los unos por los otros. Hay algunos con los que me siento más cercano, otros simplemente están ahí y los disfruto. Con Toni quedé -habrá que acabar de cuadrarlo- para ir al Montseny, a un lugar que él conoce. También recordamos que tenemos una bbq pendiente, me apetece y mucho.

jueves, 21 de junio de 2007

Hoy empieza el verano

Hoy empieza el verano y estoy de mejor humor.

A pesar de que la visita del auditor de ayer fue bastante "chorra", -¿tienes preparados los listados? Pues venga, hasta otra. Toda la mañana preparando el informe para que se resuelva en diez minutos. En fin, es lo que hay.

Aprovecho que tengo un ratito, acabo de preparar una reunión -asunto inventarios- que me tendrá reunido las próximas tres horas, para continuar con el "diario".

Una cosa que me está gustando de este diario es la sensación que me transmite de estar en medio del andén de metro más concurrido de la ciudad, gritando y contando mis penas, mis problemas y mis cutre-filosofadas, mientras la gente pasa alrededor sin mirarme siquiera a la cara. Como mucho alguien se detiene un momento, piensa "otro loco" y continua su camino sin entender nada ni intentar entenderlo, que ya me va bien.

Tengo curiosidad por ver cual sería la reacción de un conocido al leer esto, que pensará al leerlo. No lo que me diría respecto al blog, sino que pensará realmente.

Bueno, en todo caso yo sigo con mis "aullidos a la luna".

Ayer estaba jodido, como intenté explicar en mi anterior entrada, pero por suerte anoche hubo una llamada telefónica que sirvió de desencadentante para poner encima de la mesa lo que me preocupaba. Desde que he aprendido a mirar y reconocer mis sentimientos soy incapaz de guardarme dentro las cosas que les afectan. Ayer hablaba conmigo mismo, es lo que hago cada vez que escribo aquí, intentando aclarar mis ideas y mis sentimientos y he de reconocer, releyendome, que estaba confuso, muy confuso.

Anoche volvimos a hablar del tema que me provoca angustia y me tiene "depre", que no me permite ser feliz y hace que me cueste sonreir o compartir alegrias con nadie. Volvimos a aclarar cuatro cosas, volvio a decirme que ya basta, que no puedo continuar así, volvió a decirme que me quería y yo volví a decirle que no era suficiente. Hablamos y hablamos, nos enfadamos -molesta ella y dolido yo- seguimos hablando y sigo confundido.

Desde que rompimos en navidad -no llegamos a separarnos, pero rompimos la pareja- y nos dimos un tiempo para intentar levantar un proyecto común nuevo, basado en que nos amamos y queremos estar juntos, no he acabado de sentirme bien. Anoche conseguí volver a dejar claros los pactos básicos en los que queremos que se base nuestra relación. Pero llegar a ello nos costó gritos, cabreos y mucha mala leche. Supongo que si yo no estuviera tan pesado ella no estaría tan a la defensiva. Claro que si ella no estuviera tan a la defensiva yo no estaría tan pesado.

Bueno, quiero ser optimista. Si respetamos nuestros pactos y es capaz de aguantarme el tiempo que yo tarde en volver a estar bien y yo sigo luchando para recuperarme y no volvemos a cagarla ninguno de los dos (yo tampoco soy un santo, pero de eso ya hablaré en otra ocasión) lo conseguiremos.

Sigo confundido, triste y algo depre pero una cosa tengo clara, por lo que duele, solo puede ser amor. Pero que ganas tengo de disfrutar de la vida, a su lado, por supuesto, sin que me vengan ráfagas de angustia que me oprimen el estómago y me cortan el rollo. Se cual es la solución, saber reconocerlas cuando vengan para evitarlas. Por que si no me van a amargar y me van a joder la relación, ahora que parece superada la crisis.

Seguire informándome.

miércoles, 20 de junio de 2007

Confusiones con infusiones

8:30 de la mañana. Ayer acabé el día hora y media tarde. Hoy lo empiezo media hora pronto. Esta tarde tengo la visita del auditor interno y tengo que presentarle las conciliaciones bancarias actualizadas. Al lio. Esto sólo me va a retrasar la preparación del presupuesto (plazo máximo semana que viene), el cierre del ejercicio anterior (mismo plazo). Y gravita sobre nuestras cabezas una inspección ... bonic día, ningú no ho diría...

11:30, cafecito. No dejo de pensar en mis historias personales. Esta navidad tuve un mal rollo, se produjo una situación en la que me sentí muy defraudado y a pesar de que lo hemos hablado muchisimo no consigo pasar página. La última conversación giró alrededor de que dificilmente la podía perdonar si no había arrepentimiento. Su respuesta fue, tras varios días de silencio por su parte y angustia que aún me dura, que se arrepentía de haberme hecho tanto daño, de nada más. No se como plantearle que no me sirve, no es suficiente. Se arrepiente de lo único que no necesito. Ya se que nunca ha querido hacerme daño, si tuviera la más mínima duda de ello, no estaríamos juntos.

Cada vez que tengo pensamientos tan cargados de niebla llenandome la cabeza, procuro despejarlos a golpe de positivar la situación. Estamos juntos y queremos avanzar un proyecto común.

No me importa (si que me importa, pero lo admito por principios) que un día conozca a una persona especial, se enamore y decida irse con él. De hecho, a mi me puede ocurrir lo mismo en cualquier momento. Lo que si me importa es que, si estamos juntos, no luchemos por ello.

Cada vez que aparece una persona que podría ser especial -y doy fé de que ocurre suficientemente a menudo- no podemos ir con las puertas abiertas a ver si es tan maravilloso como parece. Debemos anteponer una barrera que proteja nuestra pareja, si no no merece la pena continuar juntos y entonces sí seremos libres de buscar lo que queramos.

Lo que no puedo admitir es estar con una persona que no pone esa barrera -los límites-, que no se arrepiente de no haberla puesto a pesar de saber el daño que estaba haciendo y que no ofrece la más mínima seguridad de que no volverá a pasar. Entiendo que si aparece esa persona especial, anteponemos la barrera y aun así nos enganchamos hasta el extremo de preferir irnos y dejar a la pareja, no hay nada que hacer. Suerte y buen viaje. Pero joder, si no anteponemos una barrera que proteja a nuestra relación, si no respetamos unos limites, la pareja está condenada al fracaso y no estoy interesado en este tipo de proyectos. ¿Tan díficil de entender es?

Y en esto estoy, dandole vueltas, buscando posibles caminos, intentando resolver una ecuación que tiene las incognitas despejadas y que siempre da error. Y sin embargo, la quiero. Joder, que tengo 40 años y tengo ganas de disfrutar de la vida, con mi pareja, mi hijo, no de estar amargado por culpa de esta maldita angustia que no me deja pasar página por que se niega a admitir algo que no solo es razonable sino que, y esto es lo grave, para mi es indispensable.

martes, 19 de junio de 2007

Crónicas de la Ronda

Voy a empezar a contar algo que me tiene impresionado desde que empecé a circular diariamente por la Ronda de Barcelona y es que tengo la sensación de que día sí día también hay algún accidente y siempre está implicada alguna moto.

Hoy ha sido en la del Litoral, antes de llegar a Paral.lel. No he visto el accidente en sí, pero no debería haber ocurrido hacía mucho, diez minutos a lo sumo. Lo he intuido cuando el tráfico, que era razonablemente fluido, se ha comenzado a espesar y los vehículos que circulaban por la izquierda a intentar meterse nerviosamente en la derecha. Tres guardias urbanos se encargaban de despejar el carril de la izquierda, donde habían un par de coches parados.

He hecho esfuerzos por no mirar, centrarme en la circulación que era complicada, con el riesgo clásico del accidente del "mirón". Pero no he podido evitar ver, por el rabillo del ojo, un hombre - no más de treinta años- tumbado de lado en el suelo, con un urbano sujetándole la cabeza que llevaba el casco puesto.

Prefiero pensar que no era más que precaución por parte del guardia y que no le dejaba moverse mientras llegaba la ambulancia, pero me ha dejado mal cuerpo ver allí, tirado en el suelo, tan indefenso, a una persona que, como yo, unos minutos antes iba cabalgando entre la circulación, esquivando tubos de escape y retrovisores, maldiciendo las maniobras imprevistas que cortan el paso, luchando estúpidamente por llegar cinco minutos antes a vaya usted a saber donde.

Y seguramente, mañana más.

Misty morning, cara a cara sin saberlo.

Hoy he tenido que variar mi ruta habitual para ir al corazón del país de la niebla, que es, como muy pocos sabemos, la zona de Paral.lel - Montjuic. Lo llamo así por que durante un tiempo, que empezó a primeros de diciembre del año pasado, duró toda la navidad, continuó en reyes y empezó a terminar en enero/febrero de este año estuvo sumergido bajo una niebla espesa y desagradable.

Aunque pueda parecer absurdo, llegó a hacerme tanto daño mientras duró que, cuando por fin conseguí creerme que realmente estaba desapareciendo la niebla, tenía el espiritu destrozado y el corazón roto en mil pedazos.

Hoy he pasado por el centro mismo de la niebla y me he parado a fumar un cigarrillo. Eran las ocho y media pasadas de la mañana y me he quedado mirando un grupo de gente que había enfrente de una oficina de correos. Eran todos empleados, un par de chicas y tres o cuatro hombres que seguramente habían vuelto de almorzar y se fumaban un cigarrillo antes de entrar.

He cruzado mi mirada con uno de ellos, nos hemos estudiado durante unos segundos y me he ido, una vez he satisfecho mi curiosidad. Estaba en la puerta de la cartería, fumando relajado, vestido con una camiseta verda de manga corta y tejanos viejos. El pelo castaño un poco largo, tal como solía llevarlo yo hace veintitantos años. Extremadamente delgado, como de mi altura, con una pose indolente y a la vez nerviosa. No se parece a quien me dijo que se parecía, aunque a fuerza de buscarle parecido he de reconocer que tiene un aire.

No ha habido cruce de palabras, claro que sólo yo sabía que no era necesario. Durante un minuto he pensado en acercarme, decirle quien era y que estaba allí por que necesitaba satisfacer mi curiosidad. No lo he hecho, aunque si hubiera estado solo es posible que lo hubiera hecho.

También me ha pasado por la cabeza que ocurriría si perdiera los nervios durante la conversación. Ya me ocurrió en otra situación parecida, hace mucho tiempo, casi en una vida anterior, estando en Bilbao. Sólo que entonces yo era él. Estuve más de una semana con la cara inflada y el cuerpo dolorido. Él no se si volvió a caminar, espero que sí. Por si acaso, mejor dejarlo como está. Ya me ha removido cosas que quisiera que se apacigüen y no creo que me aporte nada bueno avanzar por este camino.

En todo caso ya he satisfecho mi necesidad de ponerle cara y espero que me ayude a pasar página y olvidar la niebla. El tiempo lo dirá. Hoy por hoy solo pensar en ello me duele. Por cierto, ¿he comentado ya que no puedo dejar de pensar en ello?

lunes, 18 de junio de 2007

Saludos Terrícolas, el contable os saluda.

Hola, Esta es la primera entrada en mi blog. Ya soy moderno, que bien. Mi objetivo al hacer este blog es conseguir que sea el menos visitado de la "blogsfera".

Será fácil. No pienso actualizarlo más que cuando me apetezca (diez veces el primer día y una o ninguna el resto). Tampoco pienso anunciarlo ni avisar de su existencia y si a esto le unimos el nombre, “Diario de un Contable”, ¿ puede haber algo más aburrido?.

Sí, creo que me resultará terriblemente sencillo conseguir mi objetivo. Bueno, empecemos:



Lunes, 7:30 AM ¿Cómo es que no quieres desayunar? ¿Y que más da que no queden bolitas de las tuyas, niño? ... vale, pues te hago un bocata’nocilla.

Empezamos bien. Refunfuñando. Claro, como no tiene sus cereales con chocolate (bolitas, las llama él y no se equivoca son tan parecidas al pienso que le damos a nuestros perros) ...Nada que un buen restregón de nocilla sobre el pan no resuelva.

Ayer domingo volvimos tarde y Lajefa se dejó las llaves en el coche. Nada grave, si no fuera por que está mañana se ha llevado las mías y las de reserva no tienen acceso al parking, así que me he visto, después de colocar al niño (en casa de una vecina, que se encargará de llevarlo al cole) de plantón en la puerta del parking a esperar que algún vecino entrara o saliera para colarme. Tras diez minutos de espera (y eso que las 8:00 es hora punta en mi parking) subo a casa y empiezo a buscar... encuentro un manojo de llaves viejas entre las que presumo que tiene que haber alguna que me de acceso al parking. Bingo, tras diez o doce intentos encuentro una que abre. Solo llevo un retraso de 20’ sobre mi planning habitual.

Tras mi dosis diaria de ronda, -vivo en Badalona y trabajo en Sant Boi- llego con 10 minutillos de tiempo para fumar un cigarrilo. Es lo bueno de moverse en moto, entre que había poca caravana, vaya usted a saber por qué, y que mi moto es pequeña y tiene mucha “cintura”, he llegado en media hora. Apuro el cigarrillo de antes de trabajar mientras veo a mi jefe entrar con cara de “luego que no me diga que se le retrasan las cosas, to’l día fumando”.

Comienza otro maravilloso día de trabajo.