Este fin de semana celebramos la tercera edición de la feria de artes de la calle de mi antiguo barrio, Roquetas, en Barcelona.
Como viene ocurriendo desde la primera edición, tanto mi pareja como yo participamos como parte del colectivo organizador -los roketeando-, ella haciendo el cartel y los flyers y yo la página web y de currito-montador. Este año me ha quedado del culo, supongo que hacer una página web sin tiempo, sin ganas y con la cabeza en otra parte ha tenido su importancia en la "calidad" del producto final.
El sarao empezó el sábado a las diez de la mañana. Montaje de barras, carpas, escenario para el cabaret circense, camerinos, todo bajo un sol de justicia y acompañado de mi hijo que, como cada año, participó en todo lo que le dejamos.
Después de comer -bokata rapido y cervecita- a correr que hay que preparar el pasacalles. Dejar listos los espacios callejeros donde realizar las actuaciones, montar la megafonía del "coche escoba" coordinar los cortes de calles, los artistas, cuadrar horarios... por suerte cada año somos más los que nos implicamos y el trabajo esta bastante repartido, si no sería insoportable.
Cuando por fin se inicia el pasacalles, ya llevamos media hora de retraso. La gente del barrio respondió la mar de bien, a pesar de la escandalera que organizamos, megafonía a toda leche, batukada a cargo de un grupo de percusión , un speaker vestido de sevillana megáfono en mano, un par de zanquistas (¿Se dice así?) animando el cotarro desde las alturas y un montón de bicis tuneadas la mar de divertidas.
Acabó el pasacalles sin apenas incidentes (hubo un malentendido con una actuación e hicieron su espectáculo una hora antes de que llegara el pasacalles) pero por lo demás todo fue como la seda.
Como siempre, llegada al Anfiteatro de Roketes donde ya estaba preparada la función de cabaret- circo a cargo, entre otros, de los alumnos de la escuela de circo Charlie Rivel, que está a cien metros del Anfiteatro, justo enfrente del Ateneu Popular.
Cena con espectáculo (deegeereedoos haciendo ruidos guturales, básicamente) y comienza la sesión de conciertos. Ya desde el año pasado lo montamos con dos escenarios, uno principal y otro secundario, de tal manera que mientras tocan en uno se va montando el equipo en el otro y así la fiesta tiene continuidad, sin parones corta-rollos. Además este año se montó una pantalla donde se emitían proyecciones de colectivos del barrio, se cedieron paredes para hacer graffitis, se montó un top-manta de artesanía variada... vamos, todo un festival.
Los grupos que formaron el cartel siguieron el criterio de la fira de dar salida a colectivos que no tienen cabida en los circuitos estandar. También, siendo como es la fira auto-financiada, son los únicos que acceden a cobrar lo que caiga, una vez vista la recaudación de la barra. Una cosa importante es que los organizadores no nos quedamos nada -tickets para cena, cubata y alguna cerveza- y que el balance se salda a cero repartiendo equitativamente la recaudación entre los artistas.
Hubo, como ya empieza a ser tradición, grupos de todos los colores y estilos que pupulan por el barrio. Rumberos, punkies, heavies, Hip-hoperos y Dj's, con lo que el público acaba siendo de lo más variopinto y peculiar.
Por mi parte, además de hacer cuatro fotos durante el pasacalles (ya pondré un link al log donde he empezado a colgar las fotos), me salté mi turno de barra (lo tenía a última hora y mi hijo cayó agotado al acabar el grupo Heavy. Como cada año me acabé saltando "la recogida final" momento fatídico donde siempre quedan los mismos cuatro gatos que, con razón, se acuerdan de todos los que hemos ido desapareciendo de escena a lo largo de la noche.
Eso sí, el colofón el domingo, todo el día perreando. Guau!
Vamos a limpiar rincones...
Por fin he incumplido lo que dije en mi primera entrada respecto a no publicitar este diario.Inicialmente pretendía que fuera como un "diario íntimo de la Srta. Pepis" abierto encima de la mesa de un bar. Que quién se acercara a ojearlo lo hiciera de pasada, sin conocerme ni con ningún prejuicio, más por el morbo de asomarse a la ventana de un desconocido y echar un vistazo a su interior.Pero mi lado exhibicionista es mucho más fuerte de lo que yo mismo me creo. Al igual que en su momento publiqué una vivencia muy privada, de la cual he hablado aqui también, en un foro público -hum.lit- ahora he vuelto allí, tras semanas de no asomarme, para colgar un trozo de este diario y, logicamente, hacer mención de él.Espero que al igual que entonces, las opiniones sean amables y exentas de crueldad, lo que no quita que se critique lo que se quiera criticar.
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