Vamos a limpiar rincones...

Por fin he incumplido lo que dije en mi primera entrada respecto a no publicitar este diario.Inicialmente pretendía que fuera como un "diario íntimo de la Srta. Pepis" abierto encima de la mesa de un bar. Que quién se acercara a ojearlo lo hiciera de pasada, sin conocerme ni con ningún prejuicio, más por el morbo de asomarse a la ventana de un desconocido y echar un vistazo a su interior.Pero mi lado exhibicionista es mucho más fuerte de lo que yo mismo me creo. Al igual que en su momento publiqué una vivencia muy privada, de la cual he hablado aqui también, en un foro público -hum.lit- ahora he vuelto allí, tras semanas de no asomarme, para colgar un trozo de este diario y, logicamente, hacer mención de él.Espero que al igual que entonces, las opiniones sean amables y exentas de crueldad, lo que no quita que se critique lo que se quiera criticar.

lunes, 25 de junio de 2007

Lunes después de sant joan

Gran fin de semana. Jodido lunes.

Al menos hoy no hay crónica de la ronda, por que no hay nada que comentar. Supongo que entre la verbena y que ya están los crios de vacaciones hasta el tráfico va fluído.


San Juan.

Este año ha sido raro. Agradable, pero raro. Quedamos en casa de unos amigos que, a falta de terraza, tiene un patio enorme.

Cada cual preparó algo y entre todos lo montamos. Música de fondo, comida y bebida a raudales. Buena conversación con gente interesante. Aunque en algún momento pareciamos el patio de un geriatrico nos lo pasamos la mar de bien.

El fin de semana empezó el viernes, de cena con los colegas del basket (ya comentado en otra entrada). Eso implicó que el sábado ya ibamos con los horarios trastocados, comimos tardísimo y se nos echó encima la hora de irnos sin haber tenido tiempo de casi nada, por que no perdonamos la siesta.

Preparamos lo que teniamos que llevar, patatas "corominas", made in badalona, y una salsa que enseño a mi compañera una amiga peruana y salimos corriendo a recoger a un amigo del niño, del basket, y a su madre, que se vinieron con nosotros.

Paramos a comprar hielo en la gasolinera y por fin, llegamos al sitio, que está en Horta, un barrio precioso de Barcelona.


Me dediqué a charlar con un amigo encantador, Jorge, casi toda la noche. Nos vemos sólo de evento en evento, fiesta de fin de año, de san juan, alguna calçotada y siempre es agradable compartir el rato con él. Cuando me quiero dar cuenta se ha pasado la noche.

Gracias a él y a una amiga me enteré -...no se si estoy metiendo la pata, no debiera contarlo, pero...- de que tenemos una amiga común que, cansada de buscar el hombre ideal ha decidio inseminarse por su cuenta y riesgo, sin pareja.

Comentamos lo díficil que tiene que ser tomar una decisión del género, ya que ambos sabemos que esta amiga es una persona responsable. Al final llegamos a una conclusión la mar de exclamativa: ¡Ole sus güevos! y ojala que le salga lo mejor posible.


También he de agradecer que haya sido el primer san juan desde hace años que me he podido escaquear completamente del tema "petardos". Aunque cuando era niño le veía la gracia, no acabo de entender como podemos disfrutar quemando "cienes y cienes" de euros en cuatro explosiones ruidosas y coloridas.


En fin, que yo no lo disfrute no significa que los demás no deban hacerlo y gracias a que siempre hay algún papá dispuesto a fundirse los petardos de su hijo y si hace falta los del mio, yo me libré de pasar el mal rato que significa salir a las tantas de la noche a la calle, mecha en mano a controlar que los niños no se hagan daño ni se lo hagan a nadie.



Por último comentar algo que me pasó y que creí que sólo yo me había dado cuenta. Mientras charlaba y comía y bebía, se me iban los ojos detrás de mi pareja. Debió de notarseme la cara de enamorado, por que a la mañana siguiente me lo comentó, contenta y radiante.

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